jueves, 25 de junio de 2009

Nuestra particular torre de Pisa


Nuestra particular torre de Pisa

Hace tiempo los medios de comunicación nos recordaron la fatal caída de un nido de cigüeñas desde lo alto de la torre de la Iglesia que acabó con la vida de dos niños; ya se cumplió el cincuentenario.


Menos años hace que la cruz de hierro que remata la torre de la iglesia está inclinada en una posición extraña que al principio causaba alarma, pero ahora ya con el paso de los años nos hemos habituado y ya ni le prestamos atención. ¿Hasta cuándo? Inconscientemente seguimos pasando por debajo, incluso hacemos concentraciones multitudinarias en actos religiosos.

¿No se puede eliminar el riesgo de caída para que dentro de otros cincuenta años no tengamos que recordar otra trágica efeméride? ¿Se controla al menos como evoluciona la inclinación, como se hace con la original Torre de Pisa, para garantizar que no existe riesgo?, o ¿nuestra querida veleta se nos caerá un día encima de alguien? Cuándo en Navidad se pusieron las luces de la fachada de la Iglesia ¿se aprovechó la grúa para, al menos, analizar el riesgo?



Fermín.

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