A cuenta del anterior comentario del 18.01.11, se nos ha señalado verbalmente que las repercusiones del agua no están suficientemente consideradas en Simancas y para ello, entre otros, nos hacen los siguientes comentarios:
a) En lugar de las “casas anegadas” que se menciona en el texto dieciochesco, nosotros tenemos cuevas y bodegas (no todas debidamente abovedadas), y se cuestiona su pervivencia cuando camiones de más de 24 tm transitan por encima en el casco histórico, pese a que en todos sus accesos hay señales de tráfico que limitan a 14 el peso máximo de estos vehículos, y frente a las denuncias que se han hecho se contesta aquello de “tienen permiso”.? Y cuando alguna se hunda, ¿quién responderá?
Y esta misma problemática la sufren también nuestras canalizaciones subterráneas porque empieza a ser preocupante la cantidad de veces que hay que levantar las calles para reparar fugas de agua o hundimientos.
b) En los planes y en las obras que se han hecho para saneamiento y mejora de las riberas y parque, que nos han costado muchísimo dinero, el talud del Mirador no ha gozado de ninguna atención, ni un € para afianzar el terreno.
Y así, año tras año le vemos desmoronarse sobre la Calzadilla que poco a poco y en menos tiempo del que creemos obligará a que la verja del Mirador haya que desplazarla nuevamente como ya se hizo hace pocos años. Nos parece un poco exagerado cuando nos han dicho que acabaremos viendo la verja en la Plaza Mayor.
c) Hemos visto como al barranco de la vaguada (hoy re-trasformado en el mejor parque de la provincia) le llegan:
.- las aguas pluviales que fluyen de la zona de la autovía a través de una tubería de 1 m de diámetro con salida próxima a La Chopera,
.- las aguas recogidas en la propia cuenca del parque,
.- y las de torrenteras urbanas próximas, como las de La Barrera.
Este volumen de agua, en la zona baja del parque se canaliza, desde la última arqueta hasta el Pisuerga, a través de dos tuberías de solo 34 cm de diámetro, reduciendo así la sección de evacuación útil hasta un 25% de la inicial, en lugar de aumentar que sería lo normal.
Y para mayores problemas, en la última entrada de la canalización (ver imagen) antes de la arqueta mencionada, no hay ni siquiera una rejilla que impida el paso de la gran cantidad de hojas caídas en el parque, y por supuesto, ni a un balón de reglamento que se le escapase a un niño. O sea las obstrucciones están servidas; ya llevamos unas cuantas desde su inauguración.
Fermín.
1 comentario:
Desidia del equipo de gobierno o ¿como lo llamamos?
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